La palabra «camionera» puede tener muchas acepciones, entre las cuales, hay que destacar ahora la referencia con que habitualmente usamos este vocablo al hablar, a veces despectivamente, de una mujer con una identidad sexual concreta. Así, esta historia empieza, precisamente, con la presentación de una mujer, camionera, de cabellos cortos, uñas cortas, camisa de cuadros y pantalones oscuros que, de repente, verá tambalear su rutina cotidiana por otra mujer, también camionera, pero con una apariencia totalmente diferente, con cabellos largos, uñas largas, vestido de lunares y patines de cuatro ruedas. Se trata, pues, de una narración sencilla y amable que, partiendo de este tópico, hará viajar la lectura por toda una serie de mapas de carreteras nocturnas con el propósito claro de alejarnos de determinadas convenciones sociales que, inherentemente, hemos asumido como ciertas.
Con un argumento como este, valiente y reivindicativo, no sorprende encontrar el nombre de Bel Olid escondido detrás de la autoría, una activista feminista que se sirve de la literatura como una herramienta para romper con las convenciones impuestas y para denunciar las injusticias de género, como por ejemplo hace en este texto. Además, las ilustraciones de Lyona, una creativa sin complejos que con sus dibujos ha conseguido crear una marca propia, son el contrapunto visual idóneo para esta historia. El uso del blanco y el negro, la división en escenas y la presencia del color rosa, tonalidad habitual de esta artista que aquí presenta como un elemento más de la narración, convierten este Acordeón Ilustrado en una deliciosa historia de amistad entre dos mujeres a las cuales no los hace falta ya ninguna etiqueta. Y nosotros, ¿las necesitamos todavía?