Había una vez un pequeño tiranosaurio que no tenía amigos porque se los comía a todos. Había tratado de contenerse con todas sus fuerzas, pero siempre tenía tanta hambre, tanta hambre, que se abalanzaba sobre cada nuevo amigo y le daba un bocado. Un dia, el pequeño Tiranosaurio acababa de tragarse a su último nuevo amigo. Pensó que ahora estaba solo, completamente solo en el gran bosque. Se sintió invadido por una inmensa tristeza y comenzó a llorar. Entonces sintió que ya empezaba a tener hambre y empezó a llorar aún más fuerte. Afortunadamente alguien se acercaba. Alguien que sabía cómo evitar ser devorado. Alguien que cambiaría la vida del pequeño tiranosaurio para siempre. A partir de 5 años.
Los dibujos y el magnífico texto hace que lo real sea monstruosamente maravilloso.